«Lo que creemos nos protege. Lo que sabemos nos deja a la deriva.» Esta es una novela de derivas, incertidumbres y tránsitos. Una niña, la narradora, está dejando de serlo. Ricardo, su padre, cada vez se comporta menos como un padre y más como un caimán. Key Biscayne, la isla a la que han llegado junto a Nico, el hermano de la narradora, es una microsociedad habitada por niñas que no parecen serlo, lagartos, magnates, celebridades, mafiosos y familias muy poco convencionales. ¿Qué es lo que sucede allí exactamente? Nada demasiado grave, al parecer. Lo peligroso, en Key Biscayne, es siempre otra cosa.
La trama de desastres naturales y personales se precipita a partir de extrañas amistades, un revólver Colt, tensiones domésticas, juegos arriesgados y unas fotografías que nunca deberían haberse tomado.
Xita Rubert ha escrito a la vez una novela de misterio y un libro sobre las ambivalencias del afecto y la memoria. Una narración tierna, descacharrante y perturbadora a partes iguales que confirma la potencia de una autora inclasificable.
«Prosa aérea, deliberadamente ágil, sabe convertirse a sí misma en narradora» (Enrique Vila-Matas).
«El ritmo de su escritura, marcadamente discontinuo pero a la vez fluido como una avalancha, su atención a la fisicidad de los gestos por lo que ocultan o significan, anuncian a una artesana de la palabra fuera de lo común. Un prodigio» (Mercurio).
«Durante muchos años se va a escuchar lo buena escritora que es» (Andrés Barba).
«Meticulosa sin ser obsesiva, grave sin solemnidad» (Juan Marqués, La Lectura).
«Xita Rubert tiene un territorio propio y la capacidad de explorarlo en los pliegues donde la realidad se muestra más esquiva» (Marcos Giralt Torrente).