A pesar de la gran victoria de Farsalia y la muerte de Pompeyo, la guerra civil no ha terminado para Julio César. Sus oponentes se han atrincherado en África y desde allí están preparando la revuelta. Así, después de haber aniquilado la amenaza de Farnaces, el rey del Ponto, y sofocada la revuelta de los soldados, el dictador no tiene más remedio que enfrentarse a sus enemigos. La campaña africana será agotadora, también porque Julio César se verá obligado a lidiar con su propio declive: desgastado por años de guerra y luchas. Una vez más, sin embargo, gracias a su suerte y, sobre todo, a la ayuda de quienes lo apoyan -desde el fiel Ortwin, hasta sus lugartenientes más secretos-, el dictador logra ganar la guerra, eliminar a la mayoría de los oponentes y regresar a Roma triunfante. Sin embargo, algunos enemigos aún sobreviven… Y es en Hispania donde se produce el enfrentamiento entre el dictador y los que aún se niegan a aceptar su poder.
En esta la última y dramática batalla de la trilogía Dictator confluyen los destinos de Pompeyo el Joven, Quinto Labieno, hijo de Tito, y los alemanes Ortwin y Veleda.