La tradición mística judía explica que, para dividir el Mar Rojo en dos, Moisés invocó simultáneamente los 72 Nombres Sagrados y todo su poder. Los 72 Nombres de Dios no son nombres propiamente dichos, sino 72 secuencias sagradas compuestas por tres letras hebreas cada una, cuya combinación crea una vibración espiritual que nos conecta a la corriente vital que fluye a través de la realidad. Para sintonizar con ellas basta con mirarlas, cerrar los ojos y visualizarlas. Cada una de las tres letras son amplificadores de conocimiento y de pensamiento que potencian nuestras capacidades y nuestros dones.
Las cartas de esta baraja describen brevemente el poder de los diferentes Códigos Sagrados y hacen una invitación a la introspección y a la meditación. Para obtener una respuesta acertada, debemos sintonizar con el mensaje que estemos invocando, formular preguntas concretas y ser receptivos a la respuesta.
Usar los Nombres benditos es una actividad sagrada, por lo que hemos de acercarnos a estas cartas con reverencia, reconocimiento y sincero anhelo de recibir su orientación. Si así lo hacemos, obtendremos las respuestas que buscamos y las enseñanzas que necesitamos.