La mayoría nos activamos con un café por la mañana, pero no solemos pensar en la cafeína como droga, ni en su consumo diario como adicción, porque es legal y socialmente aceptable. Urge cuestionar qué es una droga. Y por qué, por ejemplo, podemos tomar infusión de valeriana, pero preparar una de semillas de amapola es un delito.
En este sugerente, polémico y deslumbrante libro, resultado de un viaje a una nueva frontera de la percepción, Pollan examina tres plantas psicoactivas -opio, cafeína y mezcalina- con una mirada desprejuiciada, explora las variables que las han legalizado o condenado, y nos demuestra lo profunda que es nuestra relación con la naturaleza y lo equivocados que podemos estar cuando establecemos qué constituye una droga.