En efecto, casi todo es aquí relato autobiográfico, «fraseado» con ese inimitable estilo sincopado que Kerouac aprendió escuchando en el Minton’s de Nueva York a los grandes del bop.
Al igual que Charlie Parker, Kerouac improvisa en torno a un tema, y escribe de la manera más flexible, adaptándose en cada episodio a las resonancias que le sugiere el momento.
La novela transcurre en San Francisco, ciudad a la que Kerouac llegó en 1953, antes de alcanzar la fama, y es un fresco de días y de noches habitadas por el jazz, el alcohol y las drogas, cabalgando entre la desesperación absoluta y las ilusiones más descabelladas, al hilo de una estremecedora historia de amor: la del escritor Leo Percepied (una nueva encarnación de Kerouac) y una muchacha negra, Mardou Fox, «el ángel negro, desesperado y sombrío, de este mundo subterráneo de Frisco» (Vito Amoruso).
«El estilo de vida y las actitudes de la Generación Beat fueron esencialmente experimentos primigenios que condujeron a la revolución cultural de los sesenta, y está clarísimo que, de entre la escasa literatura que ha producido la contracultura, ninguna obra es tan vibrante, contundente y original como la de Kerouac» (Rolling Stone)