En esta parábola de transgresión y expiación, las elucubraciones de su protagonista en torno al derecho de los hombres extraordinarios a utilizar el asesinato como medio para alcanzar fines superiores confieren al relato su carga ideológica. Los argumentos doctrinales encaminados a justificar la muerte de una vieja prestamista se combinan de forma inextricable con el estudio psicológico del criminal, cuyo forcejeo y desgarro íntimos confieren a la novela sus excepcionales complejidad y hondura.
Crimen y castigo (1866) es seguramente la obra más lograda de Fiódor Dostoyevski (1821-1881).