De niño, a Bill François le daba miedo el mar. Un día, caminando por unas rocas, vio un resplandor y descubrió a una sardina que, despistada, se había acercado a la costa. El encuentro fue una epifanía. Las profundidades marinas empezaron a ejercer en él una creciente fascinación, y el resultado es este delicioso libro en el que se suceden los episodios fascinantes: el bacalao que descubrió América, el banco de arenques que estuvo a punto de desatar un conflicto bélico, la aparente inmortalidad de las anguilas, las andanzas de Carl von Linné como catalogador de especies marinas, la música de las ballenas, la luminiscencia de las medusas, las similitudes entre los seres humanos y los corales, las langostas como aprendices de violinistas, la amistad de tres generaciones de una familia con las orcas y, por supuesto, la elocuencia de la sardina…
«Muy instructivo… La pasión del autor es contagiosa… Una inmersión muy divertida en la vida marina» (Publishers Weekly).
«El entusiasmo del autor por el medio marino irradia en cada página»
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