En Delparaíso todo parecía idílico y perfecto. Hasta que Juan del Val nos abrió las puertas: pasen y vean.
Delparaíso es un lugar seguro, vigilado las veinticuatro horas, lujoso e inexpugnable. Sin embargo, sus muros no protegen del miedo, del amor, de la tristeza, del deseo y de la muerte. ¿Acaso tiene sentido protegerse de la vida?
Juan del Val dirige su mirada, lúcida e implacable, a este mundo tan hermético como inaccesible para construir una narración absorbente, a veces divertida y a menudo incómoda. Bajo su aparente sencillez, prácticamente en cada página el lector tendrá que enfrentarse a un dilema moral que lo hará leer con el corazón en un puño.