Con una destacada presencia en medio centenar de países y unos ingentes beneficios, Monsanto se ha convertido en la empresa líder de los organismos geneticamente modificados (OGM), así como en una de las compañías más controvertidas de la industria mundial por la fabricación de PCB (piraleno), devastadores herbicidas (como el agente naranja durante la guerra de Vietnam) o la hormona de crecimiento bovino (prohibida en Europa).
Desde 1901, fecha de su fundación, la empresa de Missouri ha ido acumulando infinidad de procesos penales debido a la toxicidad de sus productos, aunque hoy se presenta como una corporación de «ciencias de la vida» reconvertida a las virtudes del desarrollo sostenible. Gracias a la comercialización de las semillas transgenicas (más del 90% del mercado global), Monsanto no sólo controla un sector clave de la alimentación mundial y el modo en que se produce, sino que pretende extender su poder sobre las formas de vida tradicionales de una parte importante del planeta.