Muletilla impostergable de la conversación nacional, vehículo proteico de numerosas cargas expresivas, el vocablo huevón es, como afirma el autor, un » verdadero burro de carga de chilenohablante «. Se trata, en efecto, de la palabra más popular y socorrida de nuestra habla, y sirve alternativamente para insultar, denigrar, desacralizar y -en menos porcentaje- para expresar admiración. Si en ocasiones puede delatar una endémica pobreza de recursos verbales, en otras viene a ser como un detonante del ingenio corrosivo de la chilenidad profunda. El profesor Portocarrero ha puesto a nuestro garabato-estrella bajo la lente del microscopio lingüístico y ha estudiado, además de sus orígenes » escatoláticos «, el comportamiento de sus parientes cercanos: desde la abstracta huevada hasta el exclusivo huevinca, vanidad adecuada para ser lucida incluso en los salones. Es probable, por otra parte, que de haberla conocido, la peculiar expresión Don Huevas hubiera animado a Quevedo para agregar otra página a los sueños. Este trabajo es una » obra de consulta » de primera mano para el investigador, pero a la vez se deja leer con amenidad por el simple interesado. Como todo texto serio sobre un objeto reconocidamente vulgar, tiene además una reserva garantizada de hilaridad. LA PALABRA HUEVÓN
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