Por largo tiempo descatalogada en ultramar, y sin que jamás llegara a ver la luz en España, esta obra resulta de inestimable valía para asomar el oído a los prodigios que ha ido alumbrando la música cubana a lo largo de su historia —por ser, entre otras muchas cosas dignas de encomio (y también harto controvertidas), el primer tratado en la materia—. Desde las apenas perceptibles huellas del sustrato musical aborigen —sobre las que se asentara, sin excesiva misericordia, la música sacra colonial— hasta el feliz mestizaje obrado entre la música popular europea y las diferentes tradiciones de raíz africana, se nos ofrece un instructivo recorrido por los avatares insulares de esta disciplina artística, desde que frailes, buscavidas y negreros pusieran pie en la mayor de las Antillas, hasta los prolegómenos de su difusión y reconocimiento mediada la pasada centuria; deteniéndose a las puertas de las extáticas descargas que obrarían las orquestas y conjuntos de afrodescendientes y criollos a fin de reclamar su cachito de gloria en tan poliédrico paraíso musical. Podría afirmarse, pues, que a las puertas de dos revoluciones que iban a sacudir los cimientos de la isla: la musical y la política. Revoluciones ambas a las que no fue ajeno el devenir del autor de esta obra pionera.
Autoayuda
Ciencias Humanas