Este libro aborda uno de los temas que obsesionaron a Georges Perec, y sobre los que este construyó una parte relevante de su fascinante literatura: la memoria. Los textos aquí reunidos evocan y enumeran recuerdos, tanto personales (su nacimiento, una escapada infantil a los once años por las calles del París de la posguerra, un salto en paracaídas que rememora en estado de ebriedad durante una reunión de escritores…) como colectivos (la emigración judía a Estados Unidos, vinculada con su proyecto de libro y película sobre Ellis Island).
Hay también en estas páginas sueños y reflexiones sobre los recuerdos reales y ficticios, sobre cómo nacen y cómo los articulamos, además de apuntes sobre proyectos que le rondaban por la cabeza a Perec, que se los cuenta al editor Maurice Nadeau en una carta, y una de esas listas a las que eran tan aficionados él y otros miembros del OuLiPo. La que aquí se incluye consigna treinta y siete cosas que el autor quiere hacer antes de morir, entre otras visitar el Museo del Prado, beber ron de una botella rescatada del fondo del mar como el capitán Haddock, aprender el oficio de impresor, escribir una novela de ciencia ficción, emborracharse con Malcolm Lowry, conocer a Nabokov…
La temprana muerte de Perec dejó inconclusa una obra que explora como pocas las posibilidades de la escritura concebida como juego y experimentación. Los textos recopilados en este volumen nos devuelven al Perec más inteligente, ingenioso, lúdico y lúcido, que se sirve de la escritura para fijar la memoria y no deja de indagar en las formas literarias. Y es que, en palabras del propio autor, «el libro es la huella de esa búsqueda infructuosa bajo la que aparece en forma de filigrana el recorrido de la escritura en busca de su verdad: un juego con unas reglas muy sencillas, pero en el que la partida resulta desesperadamente complicada.»