Una trepidante y a ratos explosiva colección de pistas que nos dejan entrever a un tótem de la edición literaria internacional en la intimidad de su oficio.
Aunque el oficio de editor es enigmático, estos papeles ofrecen una trepidante y a ratos explosiva colección de pistas para saber cómo lo ejerció Jorge Herralde. Desde la compra de una máquina de escribir, una mesa y una silla en 1968 hasta la decisión de contratar a Patricia Highsmith, a Tom Wolfe, a Carmen Martín Gaite, a Martin Amis o a Ryszard Kapuściński, el libro sumerge al lector en la agitación diaria de Anagrama a través de las cartas de Herralde a autores, agentes, críticos, periodistas y colegas desde la fundación de la editorial y hasta el año 2000.