Suele decirse que «una amaba el dinero, otra amaba el poder y la otra amaba a su país», pero este dicho popular no hace justicia a las extraordinarias vidas de las hermanas Soong. Durante casi todo el siglo XX, mientras China lidiaba con guerras, revoluciones y enormes transformaciones, las tres desempeñaron papeles cruciales y dejaron huellas indelebles en la historia de su país. Ching-ling, llamada la Hermana Roja, se casó con Sun Yat-sen, padre fundador de la República china, más tarde vicepresidente de Mao. May-ling, la Hermana Menor, fue la señora de Chiang Kai-shek, primera dama de la China precomunista y una importante figura política por derecho propio.
Por su parte, Ei-ling, la Hermana Mayor, fue la principal consejera no oficial de Chiang, esposa de su primer ministro y una de las mujeres más ricas de China. La relación entre ellas fue emocionalmente intensa y a veces conflictiva. Las tres disfrutaron de impresionantes privilegios y gloria, pero también se enfrentaron a ataques y peligros. Mostraron gran coraje y experimentaron amores apasionados, pero también desesperación y angustia.